Puedo acostumbrarme a esta calma.
Desconocida.
Sospechosa.
Caprichosa.
Estable.
No sé cómo lo sé.
Sólo sé que lo sé
porque hace rato que no escribo
hace tiempo que no creo que tenga nada para decir
porque usualmente eran cosas tristes
desapegos
desacuerdos.
Hoy no.
Y me gusta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario