Duelo

Atraviesa el espejo. 

Inmenso. 

Quiebra banderas. 

Me acompaña el corazón con una foto

que representa todo y más

A fuego en el cielo. 

Repite verdades. 

Incierto. 

Sabio. 

Huesos en la tierra

añicos de dudas. 

Magia

Me miró con ternura y me preguntó si era una locura.

Y me dio un beso que fue magia.

Viajaría cientos de veces a ese momento.
Lo congelaría para no perderlo. Para no perderme.

Pero la magia no es real. Es ilusión.
Eso fue?

Me preguntaron qué lo hace distinto.
Entre otras cosas, me hace querer ser mejor.

Nunca se lo dije.
Claro que no. Eso significaría mostrarme fallada.

Quererlo también.
Esa barrera inmensa entre ser y querer ser.

Y hace mucho que no me dolía.
Y estoy duelando.
Y había olvidado lo doloroso que es.

Me preguntó quién me había hecho sufrir.
Como siempre, le eché la culpa a otro.
Para seguir escondiendo que soy yo.

Me contaron que hoy le sonríe a alguien más.
Me contaron que está muy bien.

La magia no era real. Era ilusión.
Querer ser mejor me costó muy caro.

Viajaría cientos de veces a ese momento.
Lo congelaría para no perderlo.
Para no perdernos.

Cuan invencibles nos creemos que somos, que para no aceptar lo inevitable, hasta nos enfermamos.

Cuánto más fácil sería dejarnos ser y estar. Y entregarnos. Y sabernos. Y hacernos cargo. 

Qué difícil aceptar la muerte. Esa sombra que nos acompaña desde que nacemos. Esa meta ineludible hacia la que corremos, creyendo que le estamos sacando ventaja. 

Cada segundo es un regalo. Cada experiencia es un pedacito de suerte más. Cada vida es única. 

Agua de sal por eso gris.
Letras por la verdad.
Presente incierto.
Teñido de memorias rotas.
La uva en el centro.
Mar de amores.