jueves, 13 de febrero de 2020

Una persona importante

Cómo podia hacerle saber 
que le quemaba el pecho?
Que posar sus ojos 
sobre su vacía mirada 
le provocaba zumbidos. 

El mareo 
de quien se sube por primera vez a un barco 
que se pierde en altamar. 
Dueña de un gesto adusto, 
casi sin expresión. 
Se reía de manera sarcástica 
ante lo obvio 
     porque ella 
    estaba más allá.
Comprendía 
que la inteligencia 
no era una cualidad universal 
y que había ocasiones 
en las que no quedaba más remedio 
que asentir 
con una sonrisa silenciosa 
frente a cierta estupidez. 

Al mismo tiempo 
repetía 
las palabras sin sentido 
de quienes no lograban que la suma 
de el resultado esperado. 
Y podía seguir 
por horas 
las conversaciones más inútiles 
con tal de ver 
cómo su interlocutor llegaba a buen puerto 
y finalmente 
se daba cuenta 
de que lo que habia comenzado como una gran idea, 
no era más 
que el producto de su célebre 
“es que a veces 
la gente 
no usa mucho la cabeza”. 
Era maravilloso verla en acción. 
Yo esperaba 
con expectante silencio 
ese momento. 

Cada domingo. 
Admiraba su manera de cazar. 
Cómo advertía su presa 
se agazapaba paciente 
a la espera 
de que se acercara 
para por fin 
comenzar el ataque 
y poner sus afiladas garras 
a trabajar.