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Un caballero escondido, dispuesto a luchar por la individualidad. Se acercó un buen día y me tendió una mano. Su mirada caló fuerte en mi pecho y el ardor de su sufrimiento me rogó que lo acompañe. Así, sin más preámbulos que el miedo, me subí a su historia. Me dejé llevar por su grandeza, por su inconsciencia. Me atrapó para siempre en su niñez. Fui yo quien quiso cuidarlo para siempre. Fue su brillo intelectual, su necesidad de mí... Fui yo con él. 

Partir

Anticipar su sonrisa convierte mi vida en un remolino. 

Sentir su mirada sobre mi, me descoloca. 

No puedo salir. Me atrapa y me lleva. 

Saber que se escapa... Conocer su historia. 

El conocimiento es poder, dicen... Pero el que ignora es más feliz. 

Conocer es mi esencia. Buscar respuesta, hacer preguntas. 

Durante horas, días... me ahogo. Miro hacia atrás, a lo vivido. 

Lo aprendido? 

No encuentro lo que busco y la desesperación me asusta. 

Mi fortaleza aparente comienza a tambalear. Las lágrimas silenciosas acompañan un dolor inentendible e insostenible. 

Un sinsentido. Inexplicable. 

"Y no prolongues más tu despedida. Puesto que has decidido partir, vete de una vez", le dijo la bella flor al Principito. 

Así

No se quién soy cuando estoy con vos.

Tengo que esconder mi grito en una sonrisa silenciosa.

Tengo que ser quien no debo, sin poder ser quien quiero.

Quiero ser yo con vos y que seamos uno en un beso. 

Ese beso lejano y triste. 

Ese beso oscuro y siniestro. 

Soy otra por no perderte. 

Soy distinta, diferente. 

Controlo mis pasiones. Me desato cada tanto. Me arrepiento y vuelvo a esconderme. 

Quiero saltar y tocar el cielo con las manos. 

Quiero Iluminarme con tu sonrisa. 

Quiero ser yo en tu mirada. 

Quiero verte. Vivirte. Vivirme en vos. 

Sin embargo no te encuentro. 

Te colas entre mis dedos, te escurrís como el agua. Te vas. 

Y te pierdo antes de ser. 

Soy con vos, a la distancia y hace tiempo. 

La mirada quieta en el mar.

Las palabras que se fueron con el tiempo.