domingo, 26 de enero de 2020

Reflexiones de un domingo digno

No se trata de apuntar más alto,
sino de apuntar mejor. 

No es él o ella,
ni son ellos
quienes definen el éxito
o fracaso
de nuestros objetivos y metas. 
No soy yo
creyéndome inferior
por no alcanzar eso que debo. 

Soy yo
quien tiene que marcar mi llegada,
entender mi ritmo
y marcar mi paso. 

Es la tortuga
venciendo
a la liebre. 
No es el adonis pasajero
mi designio final. 
Ni esa persona de siempre
mi propósito vital. 

No es apuntar más alto.
Es apuntar mejor. 
Es entender
que los “debo”
y los “tengo que”
son construcciones mandatorias. 
Preceptos inculcados. 
Ilusiones arqueológicas. 
Oasis imaginarios. 

Salir de la caverna,
entenderme
a mí
y así, 

entender el mundo.