domingo, 29 de diciembre de 2019

echaba a rodar la primera piedra
esa que sería el puntapié inicial para la avalancha que se avecinaba.
en el silencio del abismo 
una nube inquieta que no se decidía entre quedarse o partir
anticipaba un aguacero 
que bien podría haber sido un fiel reflejo 
de las más recónditas mentes 
esas que solo sienten cuando se lo permiten
porque sentir no corresponde
y pensarlo todo es su deber.
el verde horizonte se alejaba 
y mi mirada se acomodaba en su exacto punto salvavidas. 
así me desperté de un sueño
en el que una ola me encerraba y me hacía rodar
como esa piedra que anticipaba una avalancha

y me enseñaba que la vida es un instante


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