jueves, 2 de julio de 2009

Odioso clisé

Querer odiar
para dejar de amar
es casi tan difícil
como ...

como ...

No hay nada tan difícil.

Las lágrimas de las que se vale
para sentir
y creer con toda el alma
que esa decisión
"es lo mejor",
son tan inútiles,
que a veces le gustaría
nunca haber aprendido a llorar.

Y sobra el tiempo.
Y sobra letra.
Y sobra cuerpo,
y sobra alma.
Y falta tanto,
que nada de lo que sobra alcanza.

Que raro es este espacio...
Demasiado angosto
para que entre otro,
demasiado amplio
para ser "nosotros".

Sí,
tan difícil...
tener que odiarte,
para dejar de amarte.

Así y todo,
creo que más difícil
es no tenerlo
para quererlo tanto.
Sentir que esta sal,
sólo arde para mí.

No hay comentarios: