martes, 13 de octubre de 2009

Sensaciones

Registro cierta ansiedad brotando por mis poros.
Es una cuestión de ceder, de dar paso a lo que vendrá, cosa que nunca se conoce…hasta que llega, dejando un soplo de novedad.
Batiendo el aire que revuela sobre mí, haciendo ruido. Molesto, por cierto.
Esperando atentamente a que cruce aquel rectángulo que nos divide.
Saborear los colores de su cuerpo.
La flor que se marchita sigue en pie, a pesar de todo.
Esa risa que recuerdo es especial, tiene magia. Hipnotiza.

Es espeso el ardor de la grieta que aparece cada vez con más fuerza, cada vez que puede, cada vez que quiere.
El calor sube por mis pies.
Ladea mis rodillas, haciendo una parada en el ombligo.
Camina lento hacia mi pecho, hasta llegar a mis ojos, de los que nacen las gotas más saladas del mar.
Se aleja a pasos agigantados, frente a mi mirada absorta y llena de dudas.
Me apaga la luz, no veo!
Se acelera el ritmo del músculo que me da vida, la velocidad es peligrosa.
Pronto seremos dos.
Cerca estamos del tiempo que regalamos. Pasó sin que nos diéramos cuenta, quizás demasiado rápido.
El tic tac de mi reloj me dice que ha llegado un nuevo día, y yo sin dormir, por no perder la vigilancia, por seguir… atenta.
Sigo cansada, pero no debo rendirme. No.

Aquella ansiedad sigue creciendo, sigue dando qué hablar.
Nadie lo duda, es que nadie lo ve.
Y qué mejor que no ver, para no saber.

“Yo que era un solitario bailando, me quedé sin hablar. Mientras tú me fuiste demostrando que el amor es… bailar”.
Bailemos, concédeme la última pieza.
Estamos de más.
Nadie nos mira.
Estoy de más.
Movámonos al son, dejémonos llevar por esta vida, tan corta, tan fría.
Tan tuya y tan mía.

Incesante el agite de las olas que despiertan a los lugareños, pero que no tienen efecto sobre mí.
Sólo me prestan su canción, para que yo haga con ella lo que quiera.

La ansiedad me quiebra.
Me arrebata lo poco que queda de un alma nerviosa y caprichosa.
Las venas se retuercen, esperando que reaccione, que actúe.
El calvario puede más. Debe haber en él satisfacción.
Perdóname.
No puedo alejarme más, me pierdo.

Será cuestión nomás… de ceder el paso.

Estoy lista para estar lista. Te pido sólo unos segundo más de vida.

No hay comentarios: