Dióse cuenta de
- nada más ni nada menos -
su nombre.
Nombre propio
de todos,
pero de unos más que de otros...
"¡Eras vos!"
Le dice.
"Sí. ¿Algún problema?"
Frescamente responde.
siente ganas de empezar...
a enumerar.
Tupé: "¿Algún problema?"
Descubrirlo es muy
loco.
Incluso su nombre es
loco.
Aceptarlo,
convivirlo,
llevarlo contigo
a todos lados...
Uf!
Tiene que tener
- con mucha suerte -
alma de guerra,
alma vieja,
alma pura.
Era él.
Era él, nomás...
qué loco...
Y cuánta paradoja,
No?
Cuánta paz en tí,
mi querido Narciso.
Cuánto desorden dejas...
en mi.
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