Te acercaste
como una furiosa tormenta de verano.
Tu lejanía serena
y ese aire
ansioso
y adormecedor.
El cielo
gris plomo
derramó mareas
y rebalsaron los puertos
en los que me sentía
a salvo.
Solté mi grito
y no se oyó.
El ruido
el lío
el espantoso doler
de la memoria presente.
Dejaste un desastre.
Limpiaste las ganas
terminaste
con todo.
Simple,
encantador,
peligroso.
Como una furiosa tormenta de verano.
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